Leonero: Así se llama uno de los oficios gauchos más extravagantes que existe.
El leonero es un símil de mercenario que es contratado por las estancias de Magallanes para matar los pumas que se atreven a cambiar la comida de guanaco a cordero. El círculo ambiental es a todas luces negativo: los ganaderos expulsan a los guanacos de su propiedad para quitarle competencia en las praderas a las ovejas, el puma cambia la dieta, lo que llena de dolores de cabeza al negocio, aparece el leonero para eliminar al felino que se transforma en fugitivo, hasta que algunos días después truena el disparo letal a la paleta del animal, dándole fin a la tarea. Y así, se termina alterando la cadena trófica completa del ecosistema.
El oficio es temerario, difícil de entender por la sociedad occidental moderna, se enseña de padre a hijo y sólo algunos pocos son los llamados. Es una vida sola, dura y donde la muerte no perdona ningún error.
Todo empieza muchas veces con un aviso en la radio local. Aparece el leonero, con sus perros, caballo, fusil y revólver al cinto para perderse en los parajes del fundo. El final de la historia es que el cuero se presenta como evidencia para el cobro de la prima prometida para luego tirarlo al fuego para eliminar la evidencia. El cuerpo ya había sido entregado a los perros en pago por el trabajo de rastreo.
En la historia hay otro rastreador: el SAG, cuya labor es proteger al puma, pero que ofrece pocas alternativas para el ganadero. Así funciona la cosa: el que pestañea pierde. Y todos son cazadores y presas.
Pero la situación está cambiando desde que Tompkins Conservation comenzó a comprar tierras en la Patagonia. Al principio porque las estancias fueron eliminando de a poco las cabezas de ganado dándole espacio a los guanacos para volver y con ellos al león americano, pero con los parques Pumalín y Patagonia implementados, nació un proyecto que consiste en estudiar el comportamiento de los pumas y para ello es clave colgarles collares de rastreo. ¿Y quiénes nuevamente son los más indicados para encontrar a los pumas? Los leoneros. Esta vez también hay disparos, pero con dardos sedantes.
Sólo imaginense lo que podríamos replicar en Yerba Loca y sus habitantes animales…