Las avispas son insectos que juegan un rol muy importante como polinizadores y sobre todo como controladores biológicos de otros insectos y arácnidos considerados como plagas para la agricultura. Es más, muchas veces se han utilizado a las avispas como insecticidas biológicos para proteger los cultivos. A pesar de este importante rol biológico, estas especies tienen una mala fama por su picadura dolorosa, siendo la mayoría inofensivas para las personas y solo atacando cuando se sienten amenazadas.
Las avispas son insectos solitarios que se distinguen de las abejas por su abdomen inferior puntiagudo y su estrecha «cintura» llamada pecíolo que separa el abdomen del tórax. Otra característica distintiva es su amplia gama de colores; amarillos, naranjas, rojos y azules metálicos.
Dentro de las especies de avispas nativas y endémicas, Chile cuenta con una muy particular que es poco conocida pero que, si en alguna oportunidad te topas con ella, la recordarás ya que destaca por su belleza e intenso colorido. Nos referimos a la avispa gallo (Sphex latreillei), también llamada avispa cazadora.
Esta especie perteneciente a la familia Sphecidae, orden Hymenoptera, tiene una coloración roja anaranjada intensa con un denso pelaje. Mide entre 32 a 35 milímetros (mm) y su envergadura alar es de 60 mm. A diferencia de otras especies de avispas, los machos suelen tener mayor tamaño que las hembras.
Se distribuye entre las regiones de Antofagasta y Biobío y es común verlas en colinas y laderas de cerros en época estival, muchas veces en el suelo o sobre rocas.
Dentro de los comportamientos estudiados para esta especie, destaca la permanente búsqueda de los machos para aparearse, a veces incluso agarrando a la hembra en pleno vuelo o aprovechándose de estas cuando llevan con sus patas a una presa, siendo más vulnerables de ser alcanzadas por un macho. Las hembras viven en grandes colonias confeccionando madrigueras subterráneas, en la misma área de nidificación año tras año, a diferencia de los machos que tienden a ser solitarios.
Cuando estés en Yerba Loca, o en un recorrido por la naturaleza, ya sabrás reconocer a esta impresionante avispa endémica de Chile. ¡A cuidarla!
Artículo por Gabriela Espejo, veterinaria, y Juan Sebastián Espejo, arquitecto.