Conservación

El éxito en la reproducción de las aves

Tradicionalmente entre julio y agosto comienza la época de apareamiento en las aves. A partir de esa fecha los vuelos nupciales en las rapaces, así como el cortejo en otras especies, se puede observar en el entorno. Evidentemente el resultado de este comportamiento se traduce en nacimientos de nuevos individuos que se encargarán de perpetuar las especies.

Para que este ciclo reproductivo tenga éxito, sin duda existen innumerables factores que influyen en el proceso, dentro de los cuales queremos destacar en forma resumida, algunos respecto de la nidificación, la nidada, la incubación, los conceptos nidífugos & nidícola y el cuidado parenteral.

Nidificación

Las aves que ya formaron pareja deben poner sus huevos en el sitio más seguro posible ya que, una vez escogido el lugar, no podrán cambiarlo. Mientras menos adecuado sea el sitio, lo cual se da con mayor frecuencia en aves inexpertas que se están reproduciendo por primera vez, se correrá un mayor peligro en cuanto a una mayor probabilidad de predación y/o una frágil arquitectura del nido o lugar inapropiado para resistir las inclemencias del clima como el viento o las lluvias primaverales. En la siguiente imagen se observa el nido de un paseriforme (no identificado) que debido a fuertes vientos en época primaveral sufrió la caída con sus polluelos desde un pino.

Cada especie tiene requisitos especiales en cuanto a la ubicación del nido, lo cual tiene relación directa con mantener el nido a salvo de los predadores además de tener un acceso adecuado a las áreas donde se alimentan.

Los tipos de nidos son muy variados; están las especies que anidan en el suelo, entre los juncales con nidos colgantes, entre ramas de arbustos y árboles, en huecos de troncos o huecos preexistentes, en estructuras arquitectónicamente complejas y grandes, bajo la tierra y en acantilados a mucha altura. En las siguientes imágenes observados tres distintos tipos de nidos; Carpinterito (Veniliornis lignarius) en el tronco muerto de un pino, el nido de un Chorlo Nevado (Charadrius nivosus) a ras de piso sobre la arena y el nido de una Tórtola (Zenaida torcaza).

 

 

 

 

 

 

 

Independiente del tipo de nido, la función de éstos son proteger contra los depredadores, proporcionar un microclima que ayude a la incubación de los huevos, resguardar a los polluelos sobre todo en sus primeros días de vida y también servir de sitio de descanso a los adultos mientras se incuban los huevos o se cuida a los pichones.

Nidada

Es sabido que las aves, independiente de la especie, se reproducen por medio de los huevos, dentro de los cuales se desarrolla un embrión que se transformará finalmente en un adulto. La nidada es el conjunto de los huevos puestos en el nido.

¿Se han dado cuenta que no todas las especies de aves ponen la misma cantidad de huevos?

Dependiendo de la especie, tenemos desde aquellas que ponen un solo huevo, como es el caso de los algunos pingüinos y albatros, hasta otros que ponen 2 huevos como los picaflores y palomas hasta aquellas especies que ponen 10 huevos o más como los patos. Estas diferencias se deben a la relación con la cantidad óptima de pichones o polluelos que en promedio podrán ser criados con éxito, es decir que tengan la posibilidad de llegar a la etapa adulta. Se observa, a continuación, un polluelo de Gaviota Dominicana (Larus dominicanus).

Las aves que deben alejarse mucho tiempo y/o distancia del nido para llevar comida a las crías, generalmente son especies que ponen un solo huevo. Por el contrario, si los padres se alimentan cerca de sus nidos podrán hacer un mayor número de entregas a los polluelos, lo cual permite que la puesta de huevos en una misma nidada sea mayor.

Otro factor que incide en el número de la puesta es la posibilidad de supervivencia de los padres, los cuales son los que deberán tomar el cuidado sobre la incubación y posteriormente el cuidado de los pichones. Nidadas con varios huevos, crean una presión mayor sobre los adultos.

No se debe olvidar el factor de la predación. Muchos pichones en un mismo nido son más ruidosos y visibles, aumentando la posibilidad de ser descubiertos por los predadores.

Incubación

La incubación se define como el mantenimiento de los huevos a una temperatura de calor constante, para que los embriones se desarrollen.

Una particularidad en cuanto a la incubación en las aves es la formación del parche o placa de incubación. Éste se forma ya que las aves deben dar calor a los huevos para que el embrión se desarrolle, pero no pueden hacerlo a través de las plumas ya que son muy buenos aislantes, entonces se desarrolla una zona desnuda de plumas que ponen en contacto con los huevos para permitir traspasar el calor a éstos. En la siguiente fotografía se observa una Huala (Podiceps major) sobre su nido en la ribera de una laguna.

Durante la incubación los padres deben ser lo menos evidentes para no delatar la presencia de la nidada, motivo por el cual entran y salen del nido con sigilo y en silencio, ya que el menor ruido puede significar la pérdida de su esfuerzo reproductivo. Y esto va relacionado directamente a la coloración del progenitor que se encarga de la incubación, la cual en general tiene coloraciones poco llamativas que las camuflan con el entorno. Cuando ambos padres incuban, por lo general la coloración entre ambos sexos es semejante.

Nidífugas & Nidícolas

Estos dos conceptos tienen relación directa con la clasificación de las crías según su grado de desarrollo al nacer.

En un vocabulario sencillo, las aves nidífugas son aquellas que abandonan el nido al poco tiempo de nacer. Por el contrario, las aves nidícolas son aquellas cuyas crías salen del huevo sin estar completamente desarrolladas y por lo tanto deben permanecer en el nido por más tiempo al cuidado permanente de sus progenitores.

Las crías de aves nidícolas nacen desnudas, con los ojos cerrados y totalmente dependientes de sus padres para continuar su desarrollo, a diferencia de las crías de aves nidífugas que nacen cubiertos de plumón, con los ojos abiertos y son capaces de buscar su alimento poco tiempo después de eclosionar. En promedio, los pichones nidífugos necesitan períodos de incubación mayores que los nidícolas, ya que nacen más desarrollados. También, la sincronización del nacimiento de los pichones es importante y se logra pese a las diferencias de tiempo de la puesta, de modo de coincidir todos y abandonar en nido en conjunto. En la siguiente fotografía se observa a un Cisne Blanco (Cygnus olor) junto a sus polluelos.

Cuidado parenteral

El tipo de cuidado parenteral está directamente relacionado a si las crías son nidífugas o nidícolas ya que se invierten tiempos y energías muy diferentes en atender y alimentar a los polluelos. Los nidícolas necesitan que se les lleve el alimento al nido, lo cual significa innumerables viajes diarios por parte de los padres. Además, como nacen desprovistos de plumaje, deben ser protegidos para que mantengan su temperatura corporal, razón por la cual los padres se van turnando en la búsqueda de alimento mientras el otro se queda en el nido. Las crías nidífugas, por el contrario, son capaces de encontrar alimento por sí solos, aunque los padres los ayudan y guían a sitios donde encontrarán fácilmente su comida. En la siguiente imagen observamos a un progenitor de la especie Diuca (Diuca diuca) alimentando a un polluelo de la especie Mirlo (Molothrus bonariensis), especie parásito; esto quiere decir que los padres de esta especie ponen sus huevos en nidos de otras para que se encarguen de su cuidado parenteral.

¡Estamos en un nuevo comienzo de la etapa reproductiva de las aves y ya sabes algo más acerca de este maravilloso ciclo de la naturaleza!

***Las fotos de este artículo fueron tomadas con la distancia suficiente para no intervenir en el proceso natural de reproducción y anidación de las aves***

 

 

Artículo de Gabriela Espejo (veterinaria) y Juan Sebastián Espejo (arquitecto).